Creo que el apóstol Juan entendió bien este mandamiento e insistió en comunicarlo a través de sus cartas. Si deseas tener una relación saludable con Dios, debes tener una relación saludable con tu hermano. Aquí vemos la gracia de Dios: “amamos porque Él nos amó primero”. Él no tenía por qué amarnos, no merecíamos su amor, sin embargo Él eligió amarnos al enviar a Jesucristo a morir por nosotros. Sabiendo esto, lo que recibimos por gracia lo damos por gracia (amor), a nuestro prójimo. Por esto, le demostramos nuestro amor a Dios amándonos los unos a otros.
Por otro lado, cuando retenemos la gracia, cuando despreciamos, odiamos y tenemos falta de perdón en nuestros corazones, estamos despreciando el amor de Dios, porque “El que ama a Dios, también debe amar a su prójimo”.
LA ORACIÓN DEL DIA
Padre Celestial, quiero demostrar mi amor por ti amando a los demás. Ayúdame a poner en práctica este conocimiento para que pueda mostrar continuamente amor por los demás, no solo con palabras sino también con acciones. Que la gracia que me has mostrado abunde en mí para que otros también la reciban. Gracias Señor, en el nombre de Jesús te lo pido, amén.