La oración y el ayuno son una excelente manera de comenzar el nuevo año. Entonces, ¿cómo nos podemos embarcar en una experiencia de oración y ayuno que sea agradable a Dios? Comencemos con tres motivos claves que mejor nos guían en el tiempo que pasamos junto con nuestro Padre Celestial.
Motivo # 1 | Un tiempo íntimo con Dios
La oración y el ayuno son esenciales para disfrutar de una vida cristiana emocionante. Además de comprometernos con la Palabra de Dios y adorar juntos, las prácticas de orar y ayunar son una faceta importante para disfrutar de una relación creciente con Jesucristo. Aprovecha el tiempo que estás sacrificando todo para inclinarte a escuchar el susurro de tu Padre Celestial. No se trata de ti, se trata de la intimidad con Dios y de cumplir su propósito en tu vida.
Motivo # 2 | Crecer en Humildad
Como cristianos estamos llamados a imitar a Cristo, nada debería influenciarnos más que la actitud de Jesús hacia el ayuno. La oración y el ayuno efectivos y productivos se miden por los motivos de nuestros corazones. Crecer con humildad y matar el orgullo es fundamental para el crecimiento espiritual. Pídele hoy a Dios que descubra los motivos por los que ayunas y que te enseñe maneras en las que puedes buscar el apoyo que necesitas de los demás sin que tu corazón se llene de orgullo. Ten cuidado al tratar de parecer espiritual para que otros te noten.
Motivo # 3 | Desarrollar un Hábito Espiritual de por Vida
En Mateo 6: 5–6, Jesús dijo: "Cuando ores". En el mismo pasaje, también dijo "Cuando ayunes..." (16–17). Nuestro Padre Celestial no solo desea que disfrutemos el compañerismo con Él a través del ayuno y la oración, Él también nos equipa con Su Palabra para que podamos integrar estos ejercicios espirituales que son esenciales en nuestros hábitos de por vida.
LA ORACIÓN DEL DIA
Padre celestial, quiero convertirte en el foco principal de mi vida. Sé que deseas hacer grandes cosas en mí. Revela tus deseos y voluntad para cada aspecto de mi vida mientras oro y ayuno. Y ayúdame a tener motivos que vengan de un corazón puro. Gracias Señor, por este tiempo y esta oportunidad.