El 2019 viene con un desafío diseñado por Dios y una oportunidad para tu vida. Su desafío es que le permitas el control total de tu corazón, alma, mente y cuerpo. Es la oportunidad que Él te da para mostrar Su fortaleza en tu vida.
Los beneficios de permanecer en el Señor están explícitos en Su Palabra. El versículo de hoy viene con la promesa de Su bendición cuando tú elijes seguir el plan perfecto que Dios tiene para ti y obedecer Su Palabra. Cada día no solo recibes sus nuevas misericordias, sino también nuevas fuerzas para:
1. Sumergirte en nuevos niveles de intimidad con Dios amándolo con todo tu corazón, alma, mente y con todas tus fuerzas.
2. Ir y amar a los demás activando Su Palabra en todos los aspectos de tu vida: relaciones importantes, administración del dinero, salud y aspecto físico, crecimiento emocional, liderazgo e influencia, y mucho más.
3. Caminar y permanecer en Cristo todos los días, sin importar los obstáculos que puedan presentarse. Disfrutar de la paz que te da su sola su presencia a pesar de todo lo que está intentando sobrecargarte.
A medida que buscas el propósito de Dios para tu vida, Él te da la fuerza para renunciar a tus propios caminos y elegir los Suyos. Cambiar lo que piensas de tu vida, por Sus pensamientos acerca de ti. Elegir Su voluntad por encima de tu propia voluntad. Influir más en ti para que puedas amar mejor a los demás. Aplicar Su sabiduría y conocimiento en cada situación que enfrentes, desde los detalles más pequeños hasta las situaciones más difíciles.
El poder para cambiar es un regalo de Dios. Dios te da el poder de cambiar a través de Su poder. Nunca se trata de ti cuando estás siendo cambiado por Dios. Se trata de Dios cambiándote a través de Su fuerza.
Oración
Padre celestial, gracias por esta experiencia de 21 días de oración y ayuno. Valoro nuestro tiempo juntos y amo cómo me fortaleces para cumplir Tu propósito en mi vida. Derrama sobre mí el poder del Espíritu Santo para sabiduría y conocimiento de tu Palabra. Te doy el control total de mi vida. Me apoyo en tu poder, reconociéndote en todos mis caminos. Gracias por extender nuevas misericordias y gracia asombrosa todos los días. Ayúdame a ser una luz más brillante para ti y que cada persona con la que yo me relacione hoy pueda percibir el dulce aroma de Cristo a través de mí. Te lo pido en el nombre de Jesús, amén.