Buscar de todo corazón a Dios significa hacer de tu relación con tu Padre Celestial la prioridad número uno en tu vida.
Al entrar en la segunda mitad de nuestro ayuno, permite que el conocer a Dios sea tu principal objetivo durante ese tiempo que pasas a solas con Él. Pasa tiempo permitiendo que Su luz inunde tu vida y exponga cualquier cosa que esté dividiendo tu corazón, incluyendo tus sueños y deseos.
Permite que Dios sea tu todo en todo. La oración y el ayuno es un tiempo para buscar de Dios, enfocando toda la atención en Él y no en Sus dones o bendiciones. Expresa tu amor y devoción a Él. Da la bienvenida a la ayuda del Espíritu Santo para abordar cualquier cosa — ya sean buenos deseos y sueños o conductas que sean contrarias a Su voluntad — en tu vida que dividen tu corazón. Dios promete revelarse siempre a aquellas personas que desean conocerlo por quien Él realmente es.
Oración
Mi precioso Padre Celestial, quiero convertirte en el foco completo de mi vida. El Espíritu Santo me ayuda a exponer los deseos, sueños y otros asuntos que he permitido que dividan mi devoción y amarte de verdad con todo mi corazón, alma, mente y fuerza. En Cristo, Amén.